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Nacho Vegas, Black Lips, The Dodos y Alfredo González, en el MonkeyDays 2014

El Teatro y otros espacios de la Laboral acogen el 22 y 23 de agosto la tercera edición de este festival, con un cartel en el que también incluye a Fee Reega o los dj´s LaPerla y Buffet Libre

Los asturianos Nacho Vegas y Alfredo González, los norteamericanos Black Lips y The Dodos y la alemana Fee Reega forman parte del cartel del MonkeyDays 2014, la tercera edición de un festival dedicado a la mejor música independiente del momento que se celebrará los días 22 y 23 de agosto en la Laboral, en Gijón.

Este año el festival cambia de formato y se traslada a las entrañas de la Ciudad de la Cultura, con el Teatro como escenario principal y aprovechando otros espacios de la Ciudad de la Cultura en los que disfrutar de una gran selección musical de una manera más cercana.

Los norteamericanos Black Lips y los barceloneses Buffet Libre DJ Set serán los encargados de poner el broche de oro a las dos intensas jornadas del MonkeyDays 2014 en las que varios de los participantes aprovecharán para presentar sus nuevos trabajos.

Abrirán esta cita veraniega el viernes 22 de agosto la alemana afincada en Asturias Fee Reega (a las 20.30 horas), que llega con su último disco “La Raptora” bajo el brazo, y los californianos The Dodos (a las 21.45 horas).

Nacho Vegas, cabeza de cartel de la primera jornada del Festival MonkeyDays, saldrá a presentar su último disco “Resituación” a las 22.30 horas, al que seguirán Kresy Dj, a las 00.00 horas, y LaPerla a las 01.30 horas.

El sábado 23, el turonés Alfredo González repasará, a las 20.30 horas, sus diez años de carrera musical en un concierto enmarcado en la gira “Diez finales” y el también asturiano Pablo und Destruktion desgranará, a partir de las 21.25 horas, las canciones de su nuevo trabajo “Sangrín”.

One for Apocalypse subirán al escenario de la Laboral a las 22.20 horas para después dar el relevo a los ritmos garaje de Black Lips (23.15 horas). Cierran el Festival los productores y dj´s barceloneses Buffet Libre que pincharán su fusión de rock, indie-pop y electrónica desde las 00.25 horas hasta las 02.00 horas.

Se han puesto ya a la venta 200 abonos para los dos días a un precio especial de 29 euros, que se pueden adquirir en la Recepción de Laboral Ciudad de la Cultura, en la Recepción del Centro Niemeyer, en www.cajastur.es, en 902 106 601 y en los cajeros cajAstur Tiquexpress. Cuando estas unidades se agoten, el abono se podrá adquirir a un precio de 35 euros de forma anticipada.

También estarán disponibles las entradas para cada día del MonkeyDays, a 22 euros de forma anticipada y a 25 euros en taquilla.

 

BIOGRAFÍAS:

NACHO VEGAS. El cantautor asturiano llega al MonkeDays con su nuevo trabajo “Resituación” bajo el brazo, editado el pasado mes de abril. Tras formar parte de bandas como Manta Ray en los 90, Nacho Vegas (Xixón, 1974) comenzó a publicar álbumes bajo su nombre en 2001 con el sello independiente madrileño Limbo Starr.

En este tiempo, además, ha colaborado con multitud de artistas y ha grabado sendos discos mano a mano con Bunbury y con Christina Rosenvinge, además de varios EP. Paralelamente, formó junto a Xel Pereda y otros músicos asturianos la banda Lucas 15, grabando un álbum en el que revisitan la música tradicional de su tierra natal, Asturies.

En 2010 se lanzó a la aventura de la autoedición dando vida a Marxophone, una cooperativa de músicos que cuenta con el soporte de la productora I’m An Artist en la gestión. Bajo esta etiqueta vieron la luz su último largo, “La zona sucia”, y el mini-álbum “Cómo hacer crac“, publicados ambos en 2011. Nacho Vegas también forma parte de Fundación Robo, plataforma colaborativa surgida en 2011 en la que se dan la mano la música popular, el pensamiento crítico y el activismo político, y que cuenta con una facción literaria hermana, Asalto.

BLACK LIPS. Esta banda procedente de Estados Unidos, de la zona de Atlanta, fue formada en el año 1999 por Jared Swilley, Cole Alexander, Ian Saint Pé Brown, Joe Bradley.

Revitalizadores de los ritmos garage y ampliamente conocidos por sus gamberradas y excesos en directo, el cuarteto se ha alejado del hype y, a lo tonto, lleva una trayectoria sólida que muchos quisieran para sí. Cambiando ligeramente en cada paso que dan, los últimos discos reflejan un sonido más refinado y pop, con hueco para el lucimiento de singles. Los de Atlanta han sido en todos estos años uno de esos nombres muy presentes en los carteles del festival y Black Lips tampoco fallarán en el MonkeyDays.

THE DODOS. Originalmente formados en 2006 como los “Dodobird” por el multinstrumentista Meric Long, el impredecible dúo indie-rock The Dodos adquirieron nueva relevancia con la llegada de Logan Kroeber, un artista de la costa oeste cuya tendencia a las percusiones experimentales y al rock progresivo encajaban perfectamente con los intereses de Logan en la música africana, sus percusiones ceremoniales y el estilo más armónico del country blues.

FEE REEGA. Aunque todavía muy joven, Fee Reega es una vieja conocida del público español desde que hace unos años decidiera instalarse en España, inicialmente en Madrid para después afincarse en un pequeño pueblo asturiano.

La cantante alemana se ha pateado toda la geografía española dando conciertos que han afianzado su propuesta hasta convertirla en una de las voces más peculiares, personales e interesantes del folk que se factura en nuestro país. Ahora presenta "La Raptora", su nuevo álbum y es, sin lugar a dudas, el disco más hermoso de los que hasta la fecha ha facturado Fee.

ALFREDO GONZALEZ. El rock autor turonés presenta la gira “Diez Finales”, un momento de inflexión antes de embarcarse en la  grabación del que será su quinto disco de estudio. En Diez Finales, el músico asturiano repesca, remezcla y combina títulos de su exitoso repertorio; y lo hace rodeado de su banda, y de colaboradores puntuales que van cambiando de concierto en concierto.

Con su inseparable piano, Alfredo González es una de las más reconocidas referencias de la última hornada de cantautores que aparecen en el estado. Diez años de carrera musical, desde aquel primer “La vida de alquiler”, han servido para labrarse un nombre, para aglutinar premios de la crítica, para recolectar parabienes del público y para  visitar asiduamente las tablas de todos y cada uno de los escenarios musicales más trascendentes de la música de autor. Experiencias e influencias de las giras nacionales e internacionales que se juntan en forma de recuerdo renovado en estos “diez finales”. Un concierto único.

PABLO UND DESTRUKTION. La huella del dúo industrial de Mieres Fasenuova también se deja notar en el arranque del segundo disco de Pablo und Destruktion con el ritmo minimalista y aguerrido que marca el tiempo de “Aire puro”.  Es una advertencia del tono que caracteriza a “Sangrín”, un trabajo mucho más robusto y encabronado que “Animal con parachoques” en el que Pablo abandona aquella psicodelia lo-fi para dejarse acompañar por sus particulares Bad Seeds.

Porque lo primero que llama la atención de esta colección de canciones es la apuesta por el formato banda, con un protagonismo muy especial del piano y el violín puntuando los pasajes más líricos y situándose las más de las veces al borde del arrebato eléctrico. (...) Pablo Und Destruktion no hace prisioneros y es su radicalismo y visceralidad lo que, más allá de paralelismos estéticos, le convierte en un proyecto personalísimo, único dentro y fuera de nuestras fronteras.

A pesar de que las canciones se desarrollan en un contexto blues-rock más o menos clásico, decisiones de producción como el plano de la voz, la utilización de efectos en ésta o el vociferante speech alrededor del que se construye “Por cada rayo que cae” –desde ya uno de los puntos álgidos de su directo- producirán una mueca de extrañeza en ese oyente poco dado a los experimentos.

Podemos volver a reír a costa del loco o rendirnos ante uno de los jóvenes músicos que plantea una alternativa ante los grandes males del pop nacional: mimetismo y ausencia de riesgo. Y a la vista de cómo está el patio, cada día que pasa parece más evidente que todo nos iría mucho mejor si el premio del aplauso fuera siempre para los valientes.